miércoles, 27 de junio de 2007

El hombre alado


En una antigua ciudad de habitantes extravagantes, encontré una construcción denominada "castillo".


Me sorprendió su extraña ubicación, sus múltiples accesos y su simbología en la historia de la humanidad.


En el tiempo que la visite, la zona se encontraba "abandonada".


El castillo era una especie de tesoro del lugar, y algunas veces se realizaban visitas para relatar parte de la historia.

Este era uno de mis refugios favoritos. Allí pasaba largas soledades de meditación, el sol salía a inundar una gran habitación central en la primavera, en verano las noches de luna llena iluminaba una de las tres torres centrales.

El viento transcurría por los pasillos en forma cilindrica y generaba una extraña melodía.

Podía sentir los llantos, las risas de aquellos habitantes, el murmullo...

Las escaleras de madera alojaban aves maravillosas.

Una mañana infinita una voz llego a través del tiempo:

- ¿Qué buscas viajero?-

Quede algo sorprendido...

Ella miraba el horizonte, los árboles, el viento... mi alma.

- No busco nada - respondí- solo encuentro, encuentro historias, sensaciones, sentimientos, instantes, soledades...

Ella continuo sin mirarme directamente, luego dijo:

- ¿Y tuyo?, ¿qué sucede por tu ser, por tus manos?, ¿qué saboreas, ¿qué modificas?

- Estoy terriblemente limitado, lo sé - dije- pero el vértigo llega a mi abismo una y otra vez...

Luego, girando, lentamente... muy despacio, coincidiendo con el vuelo de un ave, me miró, con una ternura maravillosa:

- Yo lo he vivido en mi tiempo, hace demasiado tal vez...

- Lo sé, te he visto allí tan radiante... - dije-

Con sorpresa me dijo:

- ¿Ah si?

- Sí, he observado muchos de tus sentimientos.

-No logro acostumbrarme a esto, pienso que la posibilidad de ser un instante es maravillosa, hoy soy eternidad, soledad, en mis tiempos no podía volar... hoy lo hago en el cielo, en tus ojos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

y recuerdas algún día lluvioso en aquel mundo extraño?

Yo aveces me pierdo entre las ruinas abandonadas de la ciudad.
Y en mis pensamientos...ufffffff momentos de ingenua y tranquila felicidad llenan mis instantes...