jueves, 17 de julio de 2008

La concentración del poder


Todos a esta altura sabemos y hasta estamos hartos de escuchar tantas cosas sobre lo que ocurrió en estos últimos días en la Argentina.
Tuve una sensación terrible, la misma que me invade cada vez que escucho y veo a los señores congresistas debatiendo o votando una ley o tratando de solucionar alguna cuestión. La sensación es de desconcertación. Parece una feria llena de viejas locas, parece una cancha de fútbol, parece el coliseo Romano, parece el patio de una escuela secundaria, el bar de la esquina después de las 3 de la matina. Pero... ¿Cómo deberían ser los congresistas? cualquier cosa menos eso...
Tantas cosas se dicen, se dijeron... tanta prensa, tanta plata destinada en publicidad, papel de diario, medios masivos de información, carpas, punteros, lame culos, mafiosos, estafadores, perejiles, inútiles...
La verdadera vergüenza es la falta de educación cívica que tiene el argentino. Y la pasión que tenemos por opinar de todo, como yo en este momento. Es algo que no nos puede faltar: la tragedia, eso de tener que pasar por algo así para sentirnos vivos, distintos, para salir y re putear al primero que se cruce o santificar al primer idiota monigote.
Escuchamos tantas idioteces, tantos personajes que siguen ocupando cargos fundamentales, gente que trabaja con irresponsabilidad total, habla de "lo que me dice el corazón" cuando tiene que decidir por todo un pueblo. Ex presidentes que parecen mafiosos, patotas que agreden con total impunidad, poderes reconcentrados que diambulan llevándose todo por delante como si no existiese una democracia.
Es una vergüenza total.
El país sigue siendo de unos pocos. Siguen armando circos para "tapar" la realidad, siguen "vendiéndole" al argentino mentiras, pasiones falsas, ignorancia e hipocrecia.
Los "representantes" de nuestro pueblo son verdaderos ignorantes en materias constitucionales, pero uno verdaderos expertos en corrupción y mafia. Los señores del sector agropecuario continúan con sus mentalidades retrógradas, pensando que ellos son los "únicos" afectados en este país, preocupados porque no podrán hacer estudiar a sus pobrecitos hijitos...
Mienten. Unos y otros.
"La realidad es la única verdad", decía Perón...
La mentira es esto que comemos todos los días, es mierda. Y mientras ellos continúan "agrandando" sus capitales, desbastando este país, "comiéndose" entre ellos en forma feroz y amputando los pilares básicos de una nación, existen otros que mueren de hambre, que mueren de indiferencia.
Argentina tiene un mal, ese mal se llama CORRUPCIÓN. Este mal no se extingue del día a la noche, este mal nos cabe a todos, porque mientras suenen cacerolas ignorantes, mientras se festejen decisiones tomadas bajo presión y coimas, mientras la justicia, la salud y la educación no sean prioridad, eso que llamamos "congreso" es un gran sarcófago lleno de momias, de serpientes...