Camino por pesadas calles, sin evitar charcos de falsas baldosas, el día y la noche juegan a amarse, y la delgada division entre ellos la acaricia aquella trompeta, y los colores se cambian sus prendas para salir de noche, para embriagarse de viejas lamparas y ocultos besos, las aves quietas meditan en silencio, la música es orquestada por sonidos propios de la vigilia y un mundo distinto emerge.
Las pequeñas gotas viven lo que dura un salto, y puedo asegurarles que tienen mucho que contar
