martes, 9 de octubre de 2007

Al gran pueblo Argentino... salud!


Escucho, pienso, me pierdo. Muchas palabras pasan por mi mente, por mi alma, por mi corazón, todas como puñales, muy pocas también como caricias, pero no hay nada que hacer, somos así y nuestra idiosincracia nos pesa y nos mancha y deja un sabor agrio y desmedido. El argentino es un mounstro que tiene hambre de futuro pero acostumbra a comer mierda en el presente, nada parece importarle al argentino, pero se vive quejando como un intelectual de café, las desgracias lo conmueven pero la sensación dura lo que tarda en cambiar un canal de televisión, todos son "negros", pero no tiene idea de lo que es trabajar verdaderamente como tal. La política no le interesa, pero cree en la democracia, nunca tiene plata, pero las playas no dan abasto, se considera sin dios, pero venera a un jugador de futbol, quiere ser rico, pero es pobre de mente.

Sinceramente cada vez me importa menos éste espécimen llamado argentino, tal vez me he convertido en "uno mas", tal vez todos se hallan contagiado, diria yo, como una gran peste urbana.

Quisiera mandarme a mudar, quisiera poder saltar y volar hacia otra ciudad, lejos.

Y duele, duele la falta de futuro, la falta de interes que nos han inyectado, duele caminar por tu ciudad como si fueras un extraño, duele seguir escuchando a politicos del demonio...

Argentina... sigues viva porque eres inmensa, porque tu corazón puede más que todo, pero tus hijos ya no te aprecian, ya no te cuidan...

Seguimos trayendo las modas del "gran primer mundo", seguimos desprestigiando nuestros suelos, nuestras costumbres, seguimos odiando y odiandonos...

Solo te pido perdón Argentina...

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